Descripción
Todas las ciudades marìtimas temen la tempestad, excepto la Serena.
El tiempo no pasa por ella. Sus habitantes nacen y viven y mueren, los demonios acuàticos emergen una vez al año de los canales, las campanas de la torre siguem sonando. Una niebla frìa y perezosa rodea la ciudad perennemente y desdibuja el horizonte.
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